Pero, visto lo visto, es raro que un soldado imperial llegue a la jubilación tras las penurias que les hacen pasar. Así y todo, seguro que hay casos, y para todos ellos el Andador AT-AT es práctico a la par que elegante y modesto.
Por supuesto, no faltará la broma típica de todas las navidades imperiales: rodear al abuelo y su andador, tirarle el lazo, girar, soltar y esperar a que tenga que ir al aseo. Recuerden muchachos, que ese anciano que ahora mismo intenta estrangularte estuvo a las órdenes del mayor imperio que haya conocido la galaxia, cumplió con su deber y presumió de valentía. Así que ya le están devolviendo la sonda.
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